Nos robaron la Navidad
Recuerdo mi primer viaje "Oficial a Madrid"; en los anteriores no salí del aeropuerto salvo para sacarme un par de fotos con cuadros dentro y con la figura del Toro que está fuera.
Fueron ocho días en el mes de Diciembre del 2001. Tres meses antes habían derrumbado las torres gemelas, por lo que pocos eran los Kamikases que ocupabamos aquel vuelo de Iberia.
Llegué a la capital en plena efervescencia de la navidad. Para mi sorpresa y a pesar de las luces de la Ciudad ,lo que más me sorprendió fue el bullicio de tanta gente paseando a toda hora por las calles a pesar del intenso frío invernal.
Ancianos de la mano, parejas con niños y sus bebés en cochecitos. Parejas y amigos.Familias enteras recreándose con las desbordante iluminación callejera. Gente de a pie.
Cuando llegué a mi frio hotel no pude más que romper a llorar por todos los cubanos que no teníamos derecho a tanta dicha, por mi hijo , por mi padre que estaba en Cuba, por los míos, por los tuyos.
Solo teníamos derecho a una oscuridad perenne y donde gracias a la visita del Papa en el 98 dejamos de trabajar el dia 25 de Diciembre.
Tras años de prohibición comenzaron a aflorar de nuevo los arbolitos en algunas casas y centros de trabajo...pero solo eso... las calles y los rostros continuaban apagados, hasta hoy.
La fantasía castrista del socialismo próspero se deshace entre carros viejos sin combustible, escuelas deprimentes con maestros más deprimentes aún, hospitales con más cucarachas que médicos, y termoeléctricas que solo encienden para volverse a romper.
El castrismo se supera y, visto desde el cosmos, el dormido y verde caimán aparece parpadeante como arbolito navideño semifundido, al que ocasionalmente se le prende una u otra rama, más por cortocircuito que por celebrar una fiesta que solo pueden disfrutar hoy en Cuba los herederos de aquellos que la prohibieron por clasificarla de burguesa y decadente.
En Cuba se salta de Noviembre a Enero para continuar las penurias, repetir los aburridos y falsos eslogan; y por supuesto, maldecir ese mes de Diciembre que tanto se ha olvidado de nosotros.
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