Txoria txori
Mikel Laboa
Si le hubiera cortado las alas
habría sido mío,
no habría escapado.
Pero así,
No hubiera vuelto a ser nunca más un pájaro.
Y yo...
yo lo que amaba era que fuera pájaro.
Si le hubiera cortado las alas
habría sido mío,
no habría escapado.
Pero así,
No hubiera vuelto a ser nunca mas un pájaro.
Y yo...
yo lo que amaba era que fuera pájaro
Una mala estiba es como un matrimonio mal llevado, sino se nivela bien, se va por la borda
José Ramón (Papá)
·
El primer salario
La Habana, año 81
_ Finalmente que carrera
solicitaste hija?
_Pues solicité de primera
y única Ingeniería en Transporte Marítimo
Le respondí a mi padre
medio entre líneas, esperando ya el rapapolvo que me venía encima.
_Ahí te faltó un tornillo , ya te había dicho que eso no tiene futuro aquí. La flota cubana es muy vieja, ya ves al Ingeniero de la empresa que se come los mocos de no tener nada que hacer en todo el puñetero día...
Pero era de esperar esa
tozuda decisión por mi parte, desde mi abuelo materno, armador de un pequeño
barco de pesca, pasando por mi padre que comenzó de grumete a sus trece años, hasta
llegar a mis hermanos, los que al dejar los estudios fueron de cabeza a afanar
a los embarcaderos de pescados para luego terminar como buzos de la armada.
Para mí, desde que tengo
uso de razón los Domingos se convertían en fiesta cuando acompañaba temprano a
mi madre a cruzar la bahía de la Habana en la famosa Lanchita de Regla. Íbamos
a visitar a mis tíos y primos.
Siempre me iba a la popa
y desde ahí me sedaba con el ruido del motor y la estela que marcaba en el agua
turbia la oxidada hélice de la vieja embarcación de madera; soñando con
capitanear algún día uno de aquellos monstruos flotantes que serruchaban la
rada. Era solo cuestión de darle tiempo al tiempo.
Puerto del Mariel: Año 87
y 88.
¡Qué lejos madre mía!
Te recuerdo
desde mis nocturnas levantadas.
Camino de las seis y aún
con la luna, me sentía cual Víctor Mesa* en el Latino-Americano**,
tanteando los treinta metros entre las paradas de la ruta 37 y la
68...y a correr a la que llegara primero. De repente, entraba en una especie de” tornado
habanero", y sin darme cuenta, ya estaba "montada" y
sentada casi en la silla del chofer...
... ¡Todo un lujo!
Al menos no tenía
problema en bajarme...iba hasta el final de la odisea.
Corriendo más veloz que una
auto marca "Lada” por dentro del túnel de 5ta avenida, para
tener que conformarme muchas veces con ver alejándose el
amarillo trasero del autobús Girón, el mismo que me debía transportar al distante
lugar.
En alguna iglesia
cercana tocaban justo las siete campanadas.
Y entonces llegaba el camino, ... Santa Fe, el pueblo pesquero de Jaimanitas,
El Salado, ...parada en el "Henequén" y luego en la "Boca".
Me bajaba junto a las casetas de madera color verde de las oficinas de Cuba
Control Mariel.
Aún hoy veo esperanzas en
los brazos abiertos al grupito de "novatos ingenieros", su gente
sencilla y llana, los alineados tejadillos rojos de sus oficinas, sus cuadradas
y amplias ventanas.
Mientras palpo mi negro
pelo enmarañado de cemento y polvo que provoca la cementera cercana, y ese
viento del Sur que nada favorece, pienso en la monotonía del viaje de regreso, equivocándome
en la cuenta de alguna de tantas facturas de materiales de estiba apilonadas.
Porque el trasiego y
llegada barcos de procedencia de puertos del Mar Báltico y de Bilbao era
constante.
Desde contenedores que se
traían en la cubierta, por tratarse de buques especializados de carga general y
llegaban con sus bodegas repletas de tubos, cabillas planchas, chapas, láminas
de acero, de aluminio y zinc.
Decenas de estibadores,
divididos en brigadas se ocupaban de la lenta descarga, porque en esa época se
preparaban las eslingas y cualquier cambio brusco podía desnivelar la bajada.
Los metales llegaban en
atados generalmente, pero los sacos de arroz y fertilizante había que bajarlos
en mallas o bien colocados sobre paletas de madera, había mercancías que ya
llegaban paletizadas previamente haciendo más fácil tanto la estiba como la
desestiba.
Los que nos ocupábamos de
los contratos de fletamento tratábamos de incluir los términos FIOST ***, de
forma tal que de los gastos de la estiba como el trimado se hiciera cargo el
Usuario final, pero aún no había manera de no terminar el día entre acaloradas
discusiones por todos los involucrados, bromas aparte y algún que otro ojo revirado.
Porque así es el trabajo operativo en el puerto, se mete en tu piel y en tus
entrañas hasta que te ves escribiéndole algún día.
Fue en esa época que pude
conocer varios hombres corajudos, ahí estaba el viejo Colmillo, no me pregunten
su verdadero nombre. Era el jefe de los Estibadores y las Tarjadoras**** del
Puerto. Se lo había ganado a pulso ya que dicen que comenzó a trabajar como
peón desde que ya no recordaba cuando.
Era el quien se ocupaba
de que sus trabajadores tomaran abundante leche, mientras descargaban
peligrosos cargamentos químicos como la Sosa Cáustica, y como única protección pañuelos
de tela atados como tapa bocas.
Fue el quien llevo en sus
brazos a la enfermería a Esperanza, la tarjadora pelirroja desmayada por un
golpe de calor mientras el carguero “La Lima” zarpaba escorado con enormes
piedras de mármol gris y negro con destino Veracruz.
También conocí a
Caruncho, el negrito simpático y dicharachero que hablaba el inglés como si
fuera de Wisconsin para luego contarme en secreto que no sabía escribirlo.
Y hasta al mítico
Malanga, y digo mítico porque fue el primer hombre en recibir un trasplante de
corazón y sobrevivir veinte y ocho años para contarlo.
Su nombre era
Maximiliano, mulato alto, de cabeza plana y redonda, fuerte para su edad, muy calmado
y con un brillo especial en los ojos, como de agradecimiento a la vida.
Su lema era que no
conversaba con nadie que estuviese alterado. Siempre fue estibador del puerto,
lo respetaban porque era bravío trabajando. Nació en el Mariel y comenzó
cargando camiones a los quince años como “Camello”, así le llamaban a los que
no tenían contrato y trabajaban para otra persona que era el verdadero dueño
del puesto, y por supuesto, se quedaba con la mitad del abono. Pero en su
familia eran muchas mujeres y como único varón que era, debía garantizar un
plato caliente en la mesa.
Todos los hombres y
mujeres del recinto que recuerdo tenían un mismo denominador …Orgullo de ser
portuarios y participar en la gran cadena de distribución Logística.
Porque los puertos son la
puerta de entrada del 85 % de las importaciones y de salida del 60 % de las
exportaciones.
Según datos de la
Patronal de Estiba por los puertos españoles transitan mercancías por más de 400.000
millones de euros, el 35 % del PIB español. Y un 60 % de esas cargas, alrededor
de 300 millones de toneladas, requieren servicios de estiba y desestiba.
- Hasta Cierto Punto
Deliciosos sueros y
batidos de helado en Coppelia.
Tejera y Virulo en el
Carlos Marx. El Carmelo de Calzada y el de 23 con Sándwich a 1.20 pesos.
Ardientes tardes en el
Cementerio de Colón. La Pelota o “Esquina Caliente” de 23 y 12.
Y entre La Piragua y La
Tropical, las mejores pizzas de la Ciudad.
Esquina de Toyo, ya por
Santos Suarez y 10 de octubre ... tocinillo del cielo a 30 centavos.
Época de buscarte sin
hallarte.
Aprendí a escudriñar en
los Estanquillos de periódicos.
Con buena suerte
encontrabas algo interesante para llevar a casa. Un cofrecillo de roja madera,
o unas esterillas plegables para apoyar los platos.
Eureka!!! Un último bolso
búlgaro de cruda piel.
Desde una rebuscada copa
de cristal Bohemia hasta, un sencillo poema para colgar.
Sí, me emocionó su
contenido.
Recién había visto el filme del director Tomás
Gutiérrez Alea, "Hasta Cierto Punto". Trataba entre otros temas no
solo las diferencias de clases en una sociedad “aparentemente” igualitaria,
sino de la vida cotidiana de los trabajadores portuarios.
Mostraba testimonios en
vivo del pensar y actuar de sencillos jornaleros y braseros del Puerto de la Habana,
identificados generalmente por su duro machismo, sus piropos constantes e
identificación religiosa ligada a sociedades secretas masculinas como la Abakuá.
La actriz Mirta Ibarra se
estrenó en la piel y mente de una sencilla "Tarjadora" y joven madre
soltera vecina del Ultramarino pueblo de Casa Blanca. Alrededor de este entorno
se enfocó la crítica y dudosa mirada de estos rudos hombres a la incorporación
paulatina de la mujer al estudio y al trabajo fuera de casa, ...y con ello a la
propia independencia económica, el camino de su "liberación".
Me tocaba de cerca este
filme ya que estuve trabajando en diversos puertos e incluso tuve la
oportunidad de visitar el Puerto de Bilbao durante la supervisión de un
cargamento de pig iron o hierro cochino destinado a la fundición, recuerdo las
inmensas jaibas que se usaron para garantizar su carga y su posterior estiba.
Puedo decir de manera
absoluta que nunca constate acoso ni falta de respeto, si bien es cierto que la
mayoría de jornaleros son hombres.
Contenta por llegar a
casa instalé el "preciado tesoro" en la pared blanca, justo detrás de
mi entonces cama de caoba de tres/cuartos.
Era una lámina de buen
material, fondo negro y bordadas letras doradas que literalmente decían así:
Si quisiera le cortaría
las alas,
Y entonces sería mía,
Pero no podría volar,
Y lo que yo amo es el
pájaro.
No recuerdo cuantos años
permaneció allí, tal vez nueve, quince, o hasta que volví a pintar la
habitación y me mudé para una cama más amplia, quizás fue así.
Hoy por azar escucho en
la radio el tema original, no es como lo imaginaba, pero aún me nutre de pies a
cabeza de igual manera a pesar que no entiendo la letra.
Su cantautor Mikel Laboa,
partió en el 2008 para volar por fin como su ‘Txoria txori’, voló como mi
querido Malanga y el viejo Colmillo.
Pero por suerte nos quedan
sus legados.
Pocas veces se lee y
canta algo tan breve y con tanto
significado, apropiado para el amor, las relaciones familiares, la educación de nuestros hijos, el
respecto a las amistades , empatía con
las diferencias muestras de
pensamiento y criterios, y por supuesto oportuno
en asuntos relacionados con la política.
Aprendamos de una vez a
abrir puertas y sacudir ventanas y liberar así a nuestra ave más querida y contigua.
Estará agradecida de
volar por cielos, tierra, mares y puertos abarrotados de gente enérgica, noble,
valiente e ingeniosa.
Pocas veces; muy pocas.
Glosario:
*famoso pelotero cubano
**estadio de pelota
habanero
***término de
contratación (libre a la carga y descarga, estiba, desestiba y trimado)
****persona que se dedica
al conteo de la carga -descarga y demás datos concernientes.rincipio de los noventa ,
años de buena música, despertares desolados, madrugadas en vela, de cuadernos y
libros prestados, crujientes "discos" de queso en la cafetería de la calle
Lacret, cines de interminables colas y salidas empachadas, la infernal ruta
mañanera de la 13 y la 101 con sudores ajenos y nervios a flor de piel.
Deliciosos sueros y batidos de
helado en Coppelia.
Tejera y Virulo en el Carlos Marx.
El Carmelo de Calzada y el de 23 con Sándwich a 1.20 pesos.
Ardientes tardes en el
Cementerio de Colón. La Pelota o “Esquina Caliente” de 23 y 12.
Y entre La Piragua y La
Tropical, las mejores pizzas de la Ciudad.
Esquina de Toyo, ya por Santos
Suarez y 10 de octubre ... tocinillo del cielo a 30 centavos.
Época de buscarte sin hallarte.
Aprendí a escudriñar en los
Estanquillos de periódicos.
Con buena suerte encontrabas
algo interesante para llevar a casa. Un cofrecillo de roja madera, o unas
esterillas plegables para apoyar los platos.
Eureka!!! Un último bolso
búlgaro de cruda piel.
Desde una rebuscada copa de
cristal Bohemia hasta, un sencillo poema para colgar.
Sí, me emocionó su contenido.
Recién había visto el filme del director Tomás
Gutiérrez Alea, "Hasta Cierto Punto". Trataba entre otros temas no
solo las diferencias de clases en una sociedad “aparentemente” igualitaria,
sino de la vida cotidiana de los trabajadores portuarios.
Mostraba testimonios en vivo
del pensar y actuar de sencillos jornaleros y braseros del Puerto de la Habana,
identificados generalmente por su duro machismo, sus piropos constantes e
identificación religiosa ligada a sociedades secretas masculinas como la Abakuá.
La actriz Mirta Ibarra se
estrenó en la piel y mente de una sencilla "Tarjadora" y joven madre
soltera vecina del Ultramarino pueblo de Casa Blanca. Alrededor de este entorno
se enfocó la crítica y dudosa mirada de estos rudos hombres a la incorporación
paulatina de la mujer al estudio y al trabajo fuera de casa, ...y con ello a la
propia independencia económica, el camino de su "liberación".
Me tocaba de cerca este filme
ya que estuve trabajando en diversos puertos e incluso tuve la oportunidad de
visitar el Puerto de Veracruz con una descarga de piedras de mármol y posterior el de Constanza para la supervisión de un cargamento de Pig Iron
o hierro cochino destinado a la fundición, recuerdo las inmensas jaibas que se
usaron para garantizar su carga y su posterior estiba.
Puedo decir de manera absoluta
que nunca constate acoso ni falta de respeto, si bien es cierto que la mayoría
de jornaleros son hombres.
Y así, contenta por llegar a casa instalé
el "preciado tesoro" en la pared blanca, justo detrás de mi entonces
cama de caoba de tres/cuartos.
Era una lámina de buen
material, fondo negro y bordadas letras doradas que literalmente decían así:
Si quisiera le cortaría las alas,
Y entonces sería mía,
Pero no podría volar,
Y lo que yo amo es el
pájaro.
No recuerdo cuantos años
permaneció allí, tal vez nueve, quince, o hasta que volví a pintar la
habitación y me mudé para una cama más amplia, quizás fue así.
Hoy por azar escucho en la
radio el tema original, no es como lo imaginaba, pero aún me nutre de pies a
cabeza de igual manera a pesar que no entiendo la letra.
Su cantautor Mikel Laboa,
partió en el 2008 para volar por fin como su ‘Txoria txori’, voló como lo hicieron desde el puerto del Mariel , Malanga y el viejo Colmillo.
Pero por suerte nos quedan sus
legados.
Pocas veces se lee algo tan
breve y con tanto significado, válido para el amor, la familia, la educación de
nuestros hijos, amistades y por supuesto para la política.
Aprendamos de una vez a abrir
puertas y sacudir ventanas y liberar así
a nuestra ave más querida y cercana.
Estará agradecida de volar por
cielos, tierra, mares y puertos abarrotados de gente enérgica, noble, valiente
e ingeniosa.
Y estaremos orgullosos de verla batir sus alas al viento.
---Pocas veces; muy pocas.