SEGUIDORES DE ESTE BLOG

martes, 21 de mayo de 2019

Pasaporte a Babilonia

A  O. P...
Por creer quererme como soy...pero imaginando a la que creyo' que  un  dia fui.

Hoy, finalmente y tras muchas búsquedas insatisfechas logro comunicarme con mi viejo amigo Oscar después de 12 años sin saber uno del otro y 31 de habernos conocido.

Nos actualizamos lo que podemos, tanto tiempo no se puede concentrar en unos fríos párrafos.
                                                   
                                                  Y comienzan las preguntas , evitando siempre aquellas más incómodas, y ¿qué fue de éste o por donde está aquella?
Empiezan a fluir los recuerdos, los mismos que parecían dormir cómodamente en nuestra materia gris. 
Nuestros disparates de jóvenes vírgenes soñadores , los besos fortuitos, tu olor a Robert Redford y yo a tu ideal de chica de Ciudad.
Y llegan las actuales fotos, las crueles y reales fotos.
Esas que nos identifican con nadie del pasado
No nos acostumbramos al cambio. Apreciamos una desconocida imagen día tras día en esos sinceros  espejos, radicales enemigos que nos delatan a gritos las nuevas arrugas y la incipiente papada. Pero que secretamente confiamos que no somos lo que vemos.
Bah, seguro que tiene aumento!!!
 Resulta tan fácil autoengañarse.
Así que acudimos cada cual a frases hechas , sutiles y diplomáticos comodines . 
Te ves bien o..., 
No has cambiado..
Qué bien!!! ...Y ya con nietos?

En vano tratamos de identificarnos con esa nueva persona. Acudimos a nuestro subconsciente y preferimos cerrar los ojos, agudizar nuestro olfato y percibir viejas sensaciones. Entonces , solo y entonces volamos al pasado.

-Envíame una foto tuya de aquella época.
Suplicamos al unísono...
Y  te envio una ...y de mis 26 años.
Me doy cuenta que fue mi primera foto de pasaporte. 
Si, efectivamente, una época que solicitaban voluntarios ingenieros para hacer no se que rayos ...y nada más y nada menos que en Irak.
Y allí , en una  Embajada por Miramar,  me presenté yo tan ancha con mi Curriculum semi vacio en tiempo y experiencia , y con esta foto de pasaporte que más bien parecía  una Bolchevique arrepentida, incluida chaqueta gris polvorienta , cortesia obligatoria del Centro Fotografico.
Porque volar se tomaba  muy en serio. Los hombres envueltos en  trajes o zafaris. Las mujeres subidas a sus mejores tacones.

Todavía recuerdo cuando era niña y nuestra visita dominguera a Benjumeda , esquina Oquendo y Marquez González en Centro Habana, más conocida como "la casa de los abuelos" .
Pués que creo nunca disfruté tanto ir a verlos como cuando por obra de no se quién llego un precioso almanaque "de Afuera". 
Lo colgaron en la sala, justo detrás del verde sofá. Desde ese día añoraba que llegara el Domingo para acariciarlo lentamente mes por mes. Mientras , el resto de mis primos hacían de las suyas en el barrio . 
A mí en cambio solo me entretenía ese rollo de papel grueso  y vivos colores. Cada página tenía la imagen de un país distinto, diferentes ciudades activando sentidos , alzando las alas a un adormecido Peter Pan y desatando frascos de paladares con paletas de arcoiris.
Me chocó y decepcionó al mismo tiempo el mes de Marzo,  una foto triste color desierto con mujeres portando terroríficos velos y raídos trajes negros .
 Puro contraste al mes de Agosto,  que mostraba cualquier playa del Sur de España.
Soñaba con sentarme en un café en París en el mes Mayo, o transportarme en Julio a las Islas Griegas, hacer muñecos de nieve en Coppenage en Noviembre y acampar en  Enero en la soleada Pampa Argentina. 

Hoy, al cabo de 30 años de esta patética foto  me alegra profundamente  que no me hayan escogido para marchar a Irak . No me veo yo con un Hiyab.
Y es que a veces  la vida sabe lo que hace, pero solo algunas veces.