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lunes, 11 de julio de 2022

La Vida sigue ...a peor

 

Unión Eléctrica de Cuba anuncia apagones durante todo el día y la noche del 11 de julio

Estiman que el servicio quedará restablecido a las 03:00 horas de la madrugada de mañana

(tomado de Ciber-Cuba)

A un año del 11J, ¿cuál ha sido el impacto de las protestas masivas en Cuba?

Mientras el castrismo militariza las calles por miedo, los cubanos recuerdan lo que realmente sucedió hace 12 meses


(tomado del Periódico Cubano)


Impacto en la economía

La mala gestión de la economía por parte del gobierno, que afecta todos los ámbitos de la vida cotidiana en el país, fue uno de los factores que desencadenaron la ira colectiva hace un año. Por estos días, lejos de mejorar, han empeorado muchos de los problemas económicos que impulsó la salida del pueblo a las calles.

Se mantienen los altos precios de los productos de primera necesidad (cada vez más escasos), la inflación ha ido escalando a niveles escalofriantes, continúan los apagones y los bajos salarios alcanzan menos con el paso de los días.

El valor de la divisa extranjera en el mercado informal fue otro de los motores impulsores el 11J. En aquel momento, el euro subía de los 80 pesos cubanos, mientras el dólar y el MLC rondaban los 60 pesos.

Hoy la situación es peor: el euro alcanza valores por encima de los 120 pesos, el dólar llega a los 110 y el MLC ronda los 120.

El problema con el combustible también se ha agudizado. En las últimas semanas, medios oficialistas de La Habana han tenido que anunciar los pocos lugares donde los capitalinos pueden ir a encontrar este producto de vital importancia. Largas colas para comprar gasolina o petróleo se forman por todo el territorio nacional.

Lo único positivo en este tiempo, consecuencia directa de la presión que significó el 11J para el régimen castrista, fue la eliminación, temporal, de las restricciones aduanales para la entrada de alimentos y medicinas desde el exterior.

Sin embargo, no todos los cubanos tienen familiares y amigos en el extranjero que puedan llevarles artículos de primera necesidad; y tampoco esta es la respuesta. No puede ser responsabilidad del ser querido que radica en otro país el bienestar de los que quedan en Cuba; sino del gobierno, pero este ha mostrado su total incapacidad, así como su indolencia ante el sufrimiento del pueblo.

A raíz del 11J, la dictadura ha redoblado sus mecanismos de represión contra activistas, opositores, periodistas independientes y la población en general.

Los arrestos domiciliarios, las detenciones arbitrarias, las citaciones policiales, los actos de repudio, entre otros hechos, siguen haciendo imposible que en Cuba un ciudadano pueda expresar libremente cualquier tipo de inconformidad, incluso cuando no critiquen abiertamente al gobierno. Nada es permitido.

Además, ante el miedo a que se repita el 11J, durante estos 365 días el régimen ha movilizado a sus fuerzas y las ha mantenido alertas, al tiempo que ha militarizado las calles y ha enviado agentes para impedir que los opositores puedan salir a las calles los días que tenían sospechas de que pudiera desatarse alguna manifestación.

En noviembre pasado, el gobierno de Nicaragua, también de carácter dictatorial, liberó el requisito de visado para los cubanos, tras acuerdos estratégicos establecidos con su aliado cubano.

Desde entonces, los originarios de la Mayor de las Antillas han llegado en cifras récord a la frontera de Estados Unidos con México, tras el largo recorrido emprendido desde territorio nicaraguense, principalmente.

En mayo pasado, el diario estadounidense The New York Times aseguraba que, según altos funcionarios de ese país, se espera que este 2022 lleguen cerca de 150.000 cubanos a EEUU.

Dentro de la gran masa de cubanos que en estos tiempos busca dejar atrás su país, en una crisis solo comparable con el éxodo del Mariel de los años ochenta, figuran muchos de los principales líderes de la oposición.

Pero este histórico hecho tuvo un alto costo para muchos cubanos. La brutal represión llevó a la cárcel a miles de manifestantes, cientos de los cuales fueron procesados y condenados a prisión injustamente. Vidas destrozadas para dar el ejemplo y seguir infundiendo miedo para que las cosas no cambien.

Tras 12 meses del estallido social, ninguna de las insatisfacciones expresadas en las calles por la población ha mejorado. Las causas que llevaron al levantamiento continúan hoy más presentes que nunca.