Me sumerjo
en el mar intenso , azul , profundo y helado .
No logro dejar de
abrigar en mi cuerpo la sensación que me anuncia
que ingreso en mi morada, que ese lugar me concierne como si
mera alga , caracol , verde sargazo , o simple roca fuera yo .
Solo así
me distingo en esa charca descomunal que es el Océano Atlántico.
La rutina me obliga a
recorrerme de punta a cabo.
Navego desde mis manos y desemboco en mis tobillos encadenados, me detengo en mis pies, atiborrados de “gangarrias”* plateadas que
ayudan a esconder las mellas de fábrica y de guerra.
Palpo mis orejas,
resistentes al desnudo. Compruebo una vez más la intensidad del cierre de
mis aretes.
Entonces retumba en mis oídos la diáfana sentencia de Romy, aquella muchacha "rarita" que trabajaba en mi misma empresa.
…Yemayá se traga la
plata para siempre, en cambio, el oro lo escupe por las noches.
Mi humilde experiencia me
obliga a dar crédito a esa atinada sentencia.
Tanto mi hijo como yo hemos
sido víctimas de la gula neptuniana, aunque me inclinaba más a
creerlo como un ancestro estilo de cobrar el peaje marítimo a los que no podíamos pagar en otra especie más ilustre.
… Soy hija de la Caridad
del Cobre.
Lo vomitó imperturbable
hace medio siglo mi hermana al llegar a casa . Toda pensativa y cavilosa, quizás más
preocupada por el dictamen final de la anciana cartomántica, cuando le anunció
el destino solitario y antigregario que solía reservarse para las
devotas de esta Santa.
-¿Y eso que significa? . Le
pregunté indiferente y continué no satisfecha de mi mísera empatía .
...¿Y yo de quien soy
hija ?
No les miento, hoy me reconozco
neófita en el tema, hace un lustro atrás me declararía ignorante y
para una década, analfabeta.
Debe resultar casi
imperdonable, pero me he quedado con ganas de conocer a mi progenitora en el mundo
de la santería y la religión.
Si le debo facilitarme el
símil y algún morbillo por el tema , a una canción de
Adalberto Álvarez y su Son , la que fue éxito en el país a finales del siglo
pasado.
Decía algo así :
Desde el Africa vinieron
Y entre nosotros quedaron,
Todos aquellos guerreros,
Que a mi cultura pasaron.
Obátala las Mercedes,
Ochún es la Caridad,
Santa Bárbara es Changó,
De Regla es Yemayá…
Y así, pasando desde el dorado
al blanco , del escarlata sangre al marino , y del añil al frío violeta ,
se vestian los cubanos desde Septiembre a Diciembre , hubo prendas
tan ocultas como un bloomer lila a la víspera del 17 , o discretas
como un broche amarillo un 8 del mes nueve .Un
fino pañuelo rojo el 4 del doce , marcaba devoción a Santa Bárbara, mientras un
pantalón blanco seguro contentaría en su día a Las Mercedes.
El
precio de lo prohibido o lo inusual fue y será siempre tentador. Ya seas
discípulo o no, practicante, pragmático ateo .
Ya seas fiel creyente, por
hobby , o, simplemente ...por si acaso.
Al fin y al cabo, en la perla
de las Antillas , el que no tiene de Congo…lleva de Carabalí.
Fin I Parte.
* bisutería
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