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sábado, 16 de diciembre de 2023

Historia de un cubano consecuente

I Parte Tras un sueño


Su nombre, Vladimir, como cualquier cubano nacido en los años 60.
Cuando nos perdimos de vista ya teníamos cada uno cerca de 15 años, después de terminado el pre-universitario de Alamar y con un buen currículum como estudiante se marchó como tantos a estudiar seis años para la entonces URSS, permaneció uno  en Leningrado aprendiendo ruso y en septiembre de 1982 comenzó en Kiev, Ucrania la carrera de Ingeniería Mecánica .

Atrás dejaba un Caimán verde , rojo , desafiante y solidario , que avanzaba a ojos internacionales a pasos de gigante en los campos de la educación , la salud y el deporte ,atrás dejaba una historia de guerra en África . Dejaba una Habana algo menos saturada de habitantes y más ligera de presos y dementes , todo un lujo luego de la avalancha de embarcaciones que en el año 80 sacudió del anonimato al pueblo costero de Mariel , epopeya que se desencadenó en los primeros dias de Abril , con los sucesos de la Embajada del Perú y Venezuela , y que luego condujo a  voraces y despiadados actos de repudios cargados de rencor , cobardía y una gran dosis de envidia e ignorancia del pueblo y para el pueblo.
Detrás dejaba un siempre colapsado transporte público y una economía totalmente dependiente de un comercio desbalanceado , amamantado por unos precios desorbitantes en la venta del azúcar y por compras de productos a precios risibles a los países de Europa del Este , corrían tiempos de esperas interminables de los buques en los fondeaderos y sobreestadías records en los puertos con sus almacenes saturados de productos innecesarios , un descontrol casi absoluto de las importaciones y de las reales necesidades , corrían tiempos de desbordantes Ministerios colmados de atestados pasillos y oficinas , empapelados buros y encasillados burócratas, pero a pesar de todo , corrían tiempos de una juventud arrolladora ,entusiasta , soñadora, cándida ,con alta dosis de miopía y sordera ,pero dispuesta a realizar cualquier sacrificio solo a cambio de endrogarse con promesas de un futuro cada vez mejor .

Vladimir tenía  un hermano menor llamado Selmo , a quien atendía y protegía al mismo tiempo que se preocupaba de sacarle las narices al mundo ,en la escuela lo llamábamos cariñosamente Selmito , lindo como debían ser los Ángeles y de salud cual porcelana fina. 
Acostumbrados a mirarlo crecer entre hospitales y sueros , no nos alcanzó la imaginación , para verlo luchar por más de 20 años contra sus podridos riñones , y dejar como huellas , desde una secuela de amores digna de las más complicadas novelas , hasta un afianzado matrimonio, una reducida prole , y toda una manifestación de relojes agradecidos ,que aún deambulan en marcha acompasada con el Sol y la Luna , por los rincones mas inverosímiles de la Habana.

Vladimir partió tras el llanto inagotable de su novia , entre cuyos brazos y cuyas piernas había conocido el amor lúbrico y libidinoso, que alimentaba su ego de típico macho. Partió ansioso a enfrentar nuevas batallas por duras y extremas que fuesen , y como un héroe , retomar el largo camino a casa , donde le estarían esperando para celebrar el triunfo.


Fin I Parte



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