SEGUIDORES DE ESTE BLOG
viernes, 29 de octubre de 2010
viernes, 22 de octubre de 2010
Apasionados si, anárquicos un poco, exagerados ni te cuento.
La culpa la tuvo ese
maldito fatalismo geográfico y el prolongado espacio vistiendo y oliendo
lo mismo, pensando y cocinando lo mismo.
¡Contra!, me atrevería hasta afirmar
que cagábamos lo mismo.
Pasamos por los kikos plásticos y las
botas rusas para llegar a las distinguidas camisas Yumury.
Respirábamos sofocantes fragancias de un
“Moscú Rojo” en plena Habana ardiente, mientras otros con menos
suerte, lograban salir de un algún "Camello " o metrobús , liados a
un escandaloso aroma “Siete Potencias”; y acuñados con lápiz
labial Ilusión.
¿Quién no disfrutó la agonía de una
cola interminable en el Coppelia , para luego terminar
degustando un solo sabor de helado?
Pero que importaba si era de fresa o coco , si como buenos isleños crecimos convencidos de tener el mejor helado del mundo .
Pero que importaba si era de fresa o coco , si como buenos isleños crecimos convencidos de tener el mejor helado del mundo .
A falta de París nos conformamos con La Rampa y
por Tiramissu entendíamos el agridulce sabor de las "cajitas
de cumpleaños".
De azules, verdes y morados engalanaban nuestros
calcados modelos de uniformes, y como único camafeo en la garganta,
adoctrinadas consignas e insípidos slogans.
Recuerdo a Norman , aquel simpático
muchachito de mi grupo que insistió aquel matutino del
76 en comunicar la muerte de la escritora Agatha Christie. Debo
admitir que a los doce años desconocía de quien se trataba la dama , a
pesar de haber visto para entonces en la pantalla varias versiones de sus
obras.
Nada, burradas mías.
Pero si no olvido que ese mes perdimos la
emulación, a pesar de lo mucho que nos esforzamos en cosechar tabaco,
coleccionar trabajos voluntarios y sacar buenas notas.
Para entonces nos quedó muy claro... Esa
no era una noticia importante.
-¡Rompe el maldito papel, que me
desesperas! -Creo adivinar en tus ojos cada vez que me
obsequias un regalo y yo consagro horas en abrirlo.
Pero no soy capáz, a través de mi
subconsciente me llega una imperiosa orden de conservarlo.
-¡Ni se te ocurra rasgaaarlo! Guáaardalo para
otra ocasión, mira que después no tienes máaas.
Y continúa la voz.
-¿Y qué harás cuando llegue el día del
maestrooo? Recuerda que son como sieeeete.
El eco me susurra insistente en mi oído.
Al final gana Pepito el grillo y
concluyo extrayendo intacto el fino papel que sin duda terminará pronto
confundido en la basura. Por suerte para los míos, me mantengo aún
distante de parecerme al Misógenes ese del cual se habla tanto por estos
tiempos.
¡No tienes! , ¡No tendrás! , ¡Se acabará pronto!
No hay neuro-marqueting que se resista al paso
de estas tres palabras. Yo le pondría otro nombre Acaparatodomanía,
esa sensación que nos ha atrapado para el resto de nuestra existencia por
doquiera que nos encontremos.
¿Cómo le explico a mi profesora de mercado lo
mucho que cuesta no perderme entre tanto disfraz material,
verbal y visual necesitado para promover productos tan parecidos y con
idénticas funciones?
O lo tomas o lo dejas. Ese ha sido nuestro
sello distintivo todos estos años allá de donde yo vengo.
Claro , no pienses que irás más lejos…y agrego
una frase magistral que me encanta desde que la escuché a un
excelente grupo humorístico coterráneo.
Somos un país del tercer mundo… pero eso sí,...
con muchas aspiraciones de pasar al cuarto algún día.
Hace años en clases de inglés me enseñaron que
había dos formas de pedir café, Black Coffee , si pretendías tomar solo café
y Coffee , si fuese con leche.
-¡Mira tú qué fácil! –pensé entonces con
ilusión.
Pero con el marketing la cosa se nos ha
complicado.
Ahora llegó el café descafeinado, en máquina,
colado, cortado, café solo, grande o el normal, con leche o con nata, con
helado, hasta café con hielo, con ron y al carajillo ,capuchino; ....y a este
agregarle todas las variantes anteriores, incluyendo por supuesto azúcar o
sacarina.
-Las necesidades se crean y elaboran y
luego la vamos incorporando y condicionándolas.
Escuché algo así recientemente.
Uhhff... ¡Si mi abuelo Domingo viviera! No
tengo que imaginar que diría él con tanta ceremonia y refinamiento.
Tengo una sed inmensa de algo bien frío. Ya sé,
pediré una bebida de limón , ¿pero cuál?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)